El temor a Dios: Liberación en re-ligajes en tiempos de libertinaje

The fear of God: Liberation in re-ligations in times of debauchery

Milagros Elena Rodríguez
Doutorado em Patrimônio Cultural (ULAC, Las Mercedes, Caracas, Venezuela), Doctora en Innovaciones Educativas (UNEFA Chuao). Professora titular na Universidad de Oriente, Departamento de Matemáticas, Venezuela. Contato: melenamate@hotmail.com


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Resumen : En tiempos de ataques a la naturaleza de la vida, de apostasía, libertinaje en pleno en la humanidad, en la colonialidad global; urge el temor a Dios como escudo de protección y salvación en tiempos finales. Desde la hermenéutica comprensiva ecosófica y diatópica un transmétodo que promueve el análisis en las Sagradas Escrituras, con Dios-ser humano unidos se cumple con el objetivo sustentar el temor a Dios como liberación en re-ligajes en tiempos de libertinaje. Enmarcada en las líneas de indagación: Padre-Hijo-Espíritu Santo: re-ligajes de amor por su creación; Transmetodologías complejas y los transmétodos decoloniales planetario-complejo y Decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje. Pasamos por los momentos analítico, empírico y propositivo en la indagación.

Palabras clave: apostasía; libertinaje; temor a Dios; des-ligaje; re-ligaje; sabiduría

Abstract: In times of attacks on the nature of life, of apostasy, of complete debauchery in humanity, in global coloniality; The fear of God is urgent as a shield of protection and salvation in end times. From comprehensive ecosophical and diatopic hermeneutics, a transmethod that promotes analysis in the Holy Scriptures, with God-human being united, the objective of sustaining the fear of God as liberation in re-ligations in times of debauchery is fulfilled. Framed in the lines of inquiry: Father-Son-Holy Spirit: re-connections of love for his creation; Complex transmethodologies and planetary-complex decolonial transmethods and planetary decoloniality-complexity in re-linkage. We go through the analytical, empirical and propositional moments in the investigation.

Keywords: apostasy; debauchery; fear of God; disengagement,;re-binding; wisdom


Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma, y que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir, para que te vaya bien (Deut.10:12-13)

El temor del Señor es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina (Prov. 1:7)

Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso (Prov. 8:13).

Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación (2 Cor. 7:1).

No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser (Prov.3:7-8).

Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor (Sal.33:18).

Preámbulo. Necesidades urgentes de des-ligaje del abuso a la naturaleza de la creación

Seguramente para la mayoría de los seres humanos, incluyendo algunos cristianos hablar del temor a Dios es pensar en religiones opresivas que usan el nombre de Dios para denigrar su propia creación; y confunden el temor con otros sentires que no ayudan a develar exactamente lo que significa temerle a Dios como poderoso gigante. Además, se podría pensar ¿Qué necesidad hay de temerle a Dios? ¿En que nos ayuda el temor a Dios en tiempos de profunda colonialidad global y ataque a la vida? He querido presentar esta indagación desde las Sagradas Escrituras; y motivada en estos tiempos por una predica hermosa de un Pastor sabio que nos mostró como dentro de las propias iglesias no hay temor a Dios. Pido sabiduría al Espíritu Santo para escribir de acuerdo con la palabra correcta para la cabal comprensión.

Se presenta la indagación en seis (6) epígrafes todos de las Sagradas Escrituras que al mismo tiempo se ira permeando las necesidades en el planeta y la urgencia del temor a Dios; como protección en un mundo absolutamente peligroso en todo sentido. Iremos en ello también queriendo clarificar en la presentación que se asocia con el temor a Dios y la necesidad de ello en tiempos de dolor. En el primer epígrafe, Deuteronomio, nombre proveniente proveniente del griego τὸ Δευτερονόμιον ó tò Deuterounómion, que significa la segunda ley; es un libro bíblico del Antiguo Testamento; en el que su autor Moisés recibe de Dios en el Monte Sinaí los mandamientos, es todo el libro un fuerte llamado a vivir con Yahveh y a cumplir el Pacto; y dice “Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma, y que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir, para que te vaya bien” (Deut. 10:12-13). Nótese que explica Moisés que temer a Dios esta imbricado con andar en todos sus caminos. Obediencia es la palabra acá sinónimo de temor a Dios; ¿A qué debemos obedecer? Todas las Sagradas Escrituras están llenas de lo que Dios quiere que hagamos para mostrarle a Él el temor que es amor puro en su servicio.

En el  segundo epígrafe nos habla el rey Salomón, y es un elogio a la sabiduría, de la que el mundo ha creído poseer; pero que sólo deviene de Dios; ahora temor a Dios se relaciona directamente con la sabiduría; es sabio entonces quien teme a Dios “el temor del Señor es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina” (Prov. 1:7). Nótese esta sentencia nítida y tan explícita, como dura y contundente, ¿Por qué?: sino has experimentado en tu vida una llenura de conocimientos y destrezas en muchos campos del conocer pero no temes a Dios, así que no le obedeces eres contado por necio; no has adquirido sabiduría. Veamos cómo vamos justificando más adelante que una de las categorías de la indagación, que explicaremos en la transmetodología, es la ecosofía, que es buscar el arte de habitar sabiamente en el planeta; y ella está compuesta por las ecologías: social, ambiental y espiritual. En la que reconocemos que el ser humano es: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios (RODRÍGUEZ, 2023a). Y se promueve una deconstrucción de la figura de Dios opresiva de las religiones. Esta relación define al ser con una “cualidad sentipensante del ser humano que lo hace privilegiado de los demás animales; pues le da la posibilidad de revisar sus acciones a la luz de la responsabilidad social con la que ve la ecología de sus acciones” (RODRÍGUEZ, 2022a, p.171).

Vemos la urgencia de pensarnos desde la imbricada relación con Dios, vituperado en la religión opresiva y distorsionada de la vida de su propia creación. En ello hay una urgencia del temor a Dios que nos regrese a nuestra naturaleza divina, a la de Jesucristo nuestro Salvador y Señor; así ahora el temor a Dios es lograr la comprensión compleja de nuestro ser. Saber desde la filosofía antigua, más allá de lo físico nuestra transcendencia perdida luego por una filosofía modernista-colonial separada de la teología y embarcada en una colonialidad que usó la figura de Dios para oprimir en la invasión a los continentes encubiertos de su hacer y aporte a la humanidad.

En el tercer epígrafe vuelve el rey Salomón inspirado por Dios a ilustrarnos y nos dice que “quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso” (Prov. 8:13). Y es otro elogio a la sabiduría. Y nos habla que temor a Dios es la sabiduría, es ser amante y promotor de la justicia haciendo lo bueno; que es una integridad por dentro y por fuera de nuestro ser; que permea nuestro hacer. Entonces quienes tenemos temor a Dios aborrecemos lo malo; y entre ello males que han llenado todos los espacios de la vida del planeta: orgullo, arrogancia, mentira, mala conducta y lenguaje perverso llevan al despeñadero del ser humano. Y sabemos que en todo ello se envuelve la envidia; pero también el profundo egoísmo que nos impide ver nuestras propias cegueras.

En el cuarto epígrafe, en la segunda epístola a los Corintios que es un Libro que pertenece al Nuevo Testamento, que se escribieron en el siglo I.   Se trata de una carta escrita por Pablo de Tarso a la comunidad cristiana en Corinto. Y nos habla del temor a Dios como purificación: “Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación” (2 Cor. 7:1). Nos preguntamos: ¿Qué contamina al cuerpo? La desobediencia en general, la falta de temor a Dios que nos lleva a obedecer al mundo y buscar sólo a Dios en los momentos difíciles donde la contaminación al cuerpo ha colmado la carne.

En el quinto epígrafe nuevamente el rey Salomón inspirado por Dios nos habla del temor a Dios que es sinónimo de huirle del mal; y el mal es todo lo que salga de las ordenes de Dios de cómo vivir en sabiduría; nos afirma “no seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser” (Prov. 3:7-8). Hay entonces una grandeza en el temor a Dios que cubre nuestro cuerpo se salud y de fortaleza tan necesaria para vivir en tiempos de angustia y de desasosiego.

Los tiempos de la humanidad terminante justifican la determinación del temor a Dios por vivir en pecado y desobediencia; pero la esencia transcendental de temerle a Dios es por amor a ÉL. Por ello, desde el temor a Dios debemos provocar la  metamorfosis; y sus sustentos están sólo en las Sagradas Escrituras (RODRÍGUEZ, 2020). En ello debemos de saber que “no se trata de religiones instauradas en la humanidad, una especie de autoritarismo; es una búsqueda de las preguntas iniciales: ¿quiénes somos?, ¿cuál es nuestra misión?, es la etapa menos agresiva y contemplación de nuestra misión en la tierra; una metamorfosis para un accionar de amor con todo y todos” (RODRÍGUEZ, 2020, p.283).

Para culminar la presentación de la indagación y motivaciones iniciales, en el sexto epígrafe retomamos en las Sagradas Escrituras al libro de los Salmos, en Salmo 33 fue escrito por David y nos trae una herencia maravillosa del temor a Dios que es el cuidado de Dios, ¿Quién más nos puede cuidar mejor que Dios nuestro Padre y Creador?, así nos dice desde David “pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor” (Sal. 33:18). El temor a Dios ha sido ejemplarizado desde seis (6) epígrafes, versículos de la Biblia, en ello la presentación de la indagación.

En la presente indagación no entramos en el viejo debate con una mentalidad fundamentalista a través de la cual se afirma que los escritores de los textos bíblicos analizados para presentar el artículo del Antiguo Testamento fueron: Moisés para Deuteronomio; David en los Salmos y Salomón para Proverbios. Ni discernimos en el debate de que la ciencia bíblica contemporánea afirma categóricamente que estos textos no fueron escritos por los autores a quienes se les atribuye por tradición.

Bajo esas concepciones vamos como objetivo de la indagación a sustentar el temor a Dios como liberación en re-ligajes en tiempos de libertinaje. Enmarcada en las líneas de indagación de la autora: Padre-Hijo-Espíritu Santo: re-ligajes de amor por su creación; Transmetodologías complejas y los transmétodos decoloniales planetario-complejo y Decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje. Por ello, las obras citadas luego de la Sagrada Palabra de Dios, la Biblia, son de la autora que se redime y continua con sus estudios a la luz de la sabiduría que le permea Dios con su Espíritu Santo. Así mismo, la autora no busca investigadores de la cientificidad para avalar lo que expresa, no lo hace necesariamente, pues considera que la Sagrada Palabra de Dios es la cientificidad perfecta, el arkhé o fundamento de la creación y en ello establece básicamente la indagación, en tanto continuidad en sus líneas de pesquisa, y por ello sus obras son citadas.  El artículo es científico y transmetódico con esencia decolonial planetaria-compleja, no es impersonal la investigación, como se especifica en el rizoma siguiente; dada la transmetodología de la pesquisa.

La transmetodología de la indagación la explicitamos a continuación.

Transmetodología. Complejizaciones y la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica como transmétodo

La presente indagación la escribimos bajo sustentos de las Sagradas Escrituras, escribimos en rizomas que son estructuras complejas rupturantes, no arbóreas, sin preeminencias y capaces de ser inclusivas y promotoras de la complejidad de la vida. Así, no tenemos preeminencias en las conceptualizaciones, las verdades acabadas las damos desde las Sagradas Escrituras y podemos seguir rupturando para profundizar aún más en las líneas de investigaciones mencionadas. La palabra rizoma fue tomado por Gilles Deleuze y Felix Guattari en su libro titulado: Rizoma. Introducción, quienes lo infieren desde la botánica y se describe de una planta que se identifica por un conjunto de tallos entretejidos de prototipo radicular que escasean de una raíz central.

Los rizomas explicar los lazos entre contenidos cognoscitivos que vamos construyendo que son complejos con múltiples aristas (DELUZE; GUATTARI, 1977); que se contraponen a las estructuras coloniales de las indagaciones: instrucción, metodología, desarrollo y conclusiones; sino que en ramificación progresiva se va a exposiciones sistemáticas de la temática del temor a Dios en que se comienza por unos principios que desarrollamos en los seis (6) epígrafes y luego se van enlazando en progresivo desglose el resto de los conceptos como sabiduría, ecosofía, diatopía; entre otras.

Para cumplir los rizomas de manera acertada decolonial y certera; deconstruyendo siempre las falsas concepciones de Dios desde las religiones  como opresión, se inmersionan en la decolonialidad planetaria, proyecto de liberación de la opresión del ser humano y la denigración y abuso a la naturaleza de la vida; proyecto de colonialidad global que actualmente va en detrimento del temor a Dios y más bien reta a Dios. Los transepistemes de la decolonialidad planetaria en las Sagradas Escrituras en justicia transmetódica (RODRÍGUEZ, 2023b) promueven la decolonialidad planetaria con el liberador más importante del planeta Jesucristo; que es nuestro Salvador; en esa obra emitimos que

El ser humano es creación de Dios, con una tierra maravillosa acomodada por Dios para habitarla, el universo entero; que debemos salvaguardar; es un transepisteme de la decolonialidad planetaria en las Sagradas Escrituras. La identidad decolonial planetaria del ser humano es profundamente autoética en su responsabilidad social y altamente ecosófica, esa concepción es soberanamente cristiana, un transepisteme de la decolonialidad planetaria en las Sagradas Escrituras (RODRÍGUEZ, 2023b, p.12).

La decolonialidad planetaria es la liberación del planeta en todo sentido, abordando la liberación ontoepistemológica de lo que es el ser; desde cualquier opresión; en la que por ser planetaria, como lo apellida la autora, decolonialidad planetaria: “es la liberación incluso de los mismos absolutistas; no es socialismo disfrazado de comunismo, no es castrismo, no es ningún sistema opresor denigrante de la vida” (RODRÍGUEZ, 2023b, p.14).

El transparadigma complejo de indagación; trans como prefijo, significa más allá en la significancia del Español,  pero que acá precisa una preponderancia liberadora que no debe ser banalizada, figura no es sólo más allá del reduccionismo, sino develar los entramados, realizar las inclusiones posibles y poder tratar las banalizaciones y la acciones antiéticas que niegan a Dios y lo utilizan como figura religiosa, que llevan a indagar develando como hemos llegado al conocer reduccionista, antiético, irresponsable violando la naturaleza de la vida. Y negando la esencia de lo que es investigar y el respeto hacia el legado y la historia de los seres humanos; que significa la salvaguarda de los y lo encubierto del proyecto moderno-postmoderno-colonial, en efecto

Ese más allá (trans) indica el punto de arranque desde la exterioridad de la modernidad, desde lo que la modernidad excluyó, negó, ignoró como insignificante, sinsentido, bárbaro, no cultural, alteridad opaca por desconocida; evaluada como salvaje, incivilizada, subdesarrollada, inferior, mero despotismo oriental, modo de producción asiático, etc. Diversos nombres puestos a lo no humano, a lo irrecuperable, a lo sin historia, a lo que se extinguirá ante el avance arrollador de la “civilización” occidental que se globaliza (DUSSEL, 1994, p.222).

Miramos al ser humano en toda su complejidad como lo hemos especificado; y Dios es centro del planeta, creador y salvaguarda de la vida.  La complejidad como promotora de la vida en accionar entramado, no simplificante y conectado con el todo; como afirma Edgar Morín sintetizador de la teoría de la complejidad “estoy cada vez más convencido de que los conceptos de los que nos servimos para concebir nuestra sociedad -toda sociedad- están mutilados y desembocan en acciones inevitablemente mutilantes” (MORÍN, 1999, p.22).

En dicho transparadigma, las transmetodologías decoloniales planetaria-complejas los transmétodos con la misma esencia devinientes de la tesis doctoral inédita de Rodríguez (2017) promueven trascienden y deconstruyen los métodos coloniales, los decolonizan e imprimen el entramado no definitivo. Debemos tener cuidado y alerta con los transmétodos decoloniales planetario-complejos; pues existen inconsistencia e interpretaciones en falacias que hacen referencia a transmétodos decoloniales complejos planetarios (RODRÍGUEZ, 2023b), allí se promueve la necesidad expedita de la complejización que es urgente en su cabal comprensión en mentes decoloniales planetaria, jamás un colonial podrá pensar complejo entramar, aceptar lo encubierto; los transmétodos no tienen ellos jamás asideros modernistas o postmodernistas. Vamos a ver como el temor de Dios y a Dios divide la luz de las tinieblas, el pecado de la obediencia. 

El transmétodo particular a usar en la indagación deviene de la hermenéutica bíblica como interpretación; se trata de la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica como transmétodo es una “propuesta transepistémica, política y transmetodológica válida para tratar de afrontar el estudio de diversos problemas en el proyecto transmoderno y el transparadigma transcomplejo como superación a la tradicionalidad modernista” (RODRÍGUEZ, 2020, p. 1). Creemos que “la postura anti-Dios, negadora de Dios, extraerlo de nuestras vidas es un problema relacionado con el colonialismo del saber y poder en países colonizados, por ejemplo, en este lado del mundo después de 1492” (RODRÍGUEZ, 2022b, p.5). Más tarde, acentuada en la utilización de la religión y la palabra de Dios para soslayar. Esta problemática se plantea en que se separa la filosofía de la ciencia y a su vez esta de la teología; aunque sabemos que “desde la matriz están desviados los impíos; desde su nacimiento se descarrían los que hablan mentiras” (Sal. 58:3).

Y normalizada en la construcción de las ciencias separándolas de la filosofía y esta de la teología. Desde luego, hay particularidades en cada región (RODRÍGUEZ, 2022b). Dicho transmétodo aporta en el discurso dos categorías de excelencia como lo son la ecosofía y diatopía. Por su lado, la ecosofía “va mucho más allá de la visión de la Tierra como un ser vivo; ella nos revela la materia como un factor de lo real tan esencial como la consciencia o lo que solemos llamar divino” (PANIKKAR, 2005, p. 202). En búsqueda de la sabiduría se ha perdido el ser humano en la vanidad de separarse de Dios en una opresión que abusa de la naturaleza de la vida; “en cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera” (Sant. 3:17).

La diatopía, y con ello la hermenéutica diatópica, por su lado en el transmétodo y en la indagación permitirá el abrazo de campos diametralmente opuestos, “sin diálogo, el ser humano se asfixia y las religiones se anquilosan” (PANIKKAR, 1993, p. 148). De eso se trata al reconocer los topoi, de reconocer que nada puede ser desde la posición nuestra sin el reconocimiento del otro. Pero los topoi también están en categorías que el hombre divide donde aparentemente no hay comunicación: los saberes científicos y los soterrados; Dios y la ciencia; la vida en la tierra y la salvación eterna, teología y filosofía; ciencia y filosofía (RODRÍGUEZ, 2020).

En la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica pasamos por los momentos analíticos-empíricos y los propositivos. En los dos primeros ya hemos comenzado desde el rizoma anterior y consultamos a autores de relevancia excepcional comenzando por Dios desde las Sagradas Escrituras. En los dos últimos momentos nos desprendemos de los autores y desde las Sagradas Escrituras y la hermeneusis de la autora emitimos proposiciones para culminar cumpliendo con el objetivo de la indagación. Las categorías emitidas las vamos definiendo de manera atípica complejizada; esto es decolonial y compleja, fuera de estatus impuesto, con el sentipensar y salvaguarda de la autora como investigadora doliente de la indagación.

Es de hacer notar que las indagaciones transmetódicas como la actual nos llevan de la primera persona a la tercera y viceversa, en expresividades donde la autora está presente en todo momento con su sentipensar y la vida cristiana que lleva, aportando a la hermeneusis, por tanto la indagación no es impersonal como en la colonialidad-modernidad-postmodernidad. Cuidando, desde luego éticamente el discurso. En el que la prueba, la cientificidad, es la Sagrada Palabra de Dios, la Biblia; y no necesita otra documentación o autor para comprobar la Biblia, pues ella es la expresión de Dios perfecta que lleva la omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia de nuestro creador. Desde luego, sabemos que para quien no crea en Dios, los humanistas, para el ateo o religioso colonial estas palabras no son válidas. No por ello deja de ser la Palabra de Dios el arkhé o fundamento de la creación.

Momento analítico – empírico. La irreverencia ante Dios como desafío antihumano

En el vivir del mundo en libertinaje, el Pastor Armando Alducin se pregunta: ¿Hacia dónde va la humanidad? (ALDUCIN, 2021a), en ellos nos habla de los males de la humanidad actual que sin duda ni reconoce a Dios menos tenerle temor; “escenas eróticas, violencia de último grado, asesinatos al por mayor y burlas a Dios son vista directamente por todo tipo de personas, incluyendo los menores de edad” (ALDUCIN, 2021a, p.5). Males anunciados en las Sagradas Escrituras, “desde la matriz están desviados los impíos; desde su nacimiento se descarrían los que hablan mentiras” (Sal. 58:3).

En la falta del temor a Dios el libertinaje hace escena el anatema, el que reniega de Dios y aún en las iglesias cristianas; luego de haber disfrutado de sus miles y favores. Anatema, del latín anathema, y este del griego ἀνάθεμα, que significa maldito o apartado. Semánticamente significa ofrenda, y para el cristiano que ha sido desterrado de Dios se concibe como un anatema (RODRÍGUEZ, 2022b). En las Sagradas Escrituras la palabra anatema no aparece traducida, como por ejemplo en los versículos de Romanos 9:3; 1 Corintios 12:3; 16:22; Gálatas 1:8. Pero en Hechos 23:14 anatema se traduce como maldición. Claramente Dios lo define cuando dice “él que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema”. El Señor viene” (Cor. 16:22). Y recordemos que hemos dicho de los epígrafes que tenemos temor de Dios por amor a ÉL, así él que no lo ame, no le tiene temor, no le obedece y es anatema.

Del libertinaje nos dirige Dios su sagrada palabra: “les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor” (Gál.5: 13). De tal modo que tratar con falta de amor a nuestros semejantes nos hace vivir en libertinaje. Entre otras pasiones que nos llevan al pecado. Por ello, “viviré con toda libertad, porque he buscado tus preceptos” (Sal. 119: 45).

Las rebeldía en las iglesias cristianas es de preocupada accionar para volvernos con temor y temblor a Dios. Tenemos que tener cuidado hasta en la forma de vestirnos como mujeres es de estas en conciencia que  “engañoso es el encanto y pasajera la belleza; “la mujer que teme al Señor es digna de alabanza” (Prov. 31:30). La rebeldía se manifiesta pues

Estamos viviendo tiempos peligrosos en los cuales tú necesitas saber en qué iglesia está siendo alimentada tú familia. Necesitamos discernimiento para poder evaluar, porque no cualquier persona que de la noche a la mañana se hace llamar pastor, o profeta o apóstol, lo es en verdad. Ten cuidado, porque un hombre de Dios no se hace al vapor (ALDUCIN, 2010, p.26).

Dios de enemigo en desobediencia y acciones anti-ecosóficas atendiendo las provocaciones de Satanás, “Dios no es un chiste. Debemos tener temor de Dios y tenerlo presente en nuestra alimentación, en la vida sexual, en los negocios, en el matrimonio, etc. La Biblia nos habla del anhelo del corazón de Dios de que todos se arrepientan” (ALDUCIN, 2010, p.36). Dios no nos pide que disfrutemos del mundo que ÉL creo, de su maravillosa naturaleza, de compartir y llevar su palabra; pero Dios no quiere que nos contaminemos obedeciendo al mundo; que estemos alerta a los dulces que ofrece Satanás en la perversión del planeta "El Señor no quiere que perezcan, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Ped. 3:9). Cada vez que cometamos pecado debemos ir a los pies de Dios a pedir perdón en el nombre de Jesucristo.

La palabra temor en las Sagradas Escrituras significa respeto y amor manifestado en obediencia a Dios amado. “Cumple los mandamientos del Señor tu Dios; témelo y sigue sus caminos” (Deut. 8:6). Busca la sabiduría para obedecer a Dios desde su Espíritu Santo, una vez haber recibido a Jesucristo como nuestro verdadero y único Salvador y Señor. ¿Qué es la sabiduría? “el sentido bíblico de sabiduría no tiene mucho que ver con el nuestro, con el implantado por el paradigma modernista” (RODRÍGUEZ, 2020, p.286). La sabiduría es, un don que se pide a Dios  (1 Rey. 3, 1-13) y que sólo Él concede, desde su Espíritu Santo (1Rey. 5, 9); el poseerla abarca aspectos muy distintos: la capacidad de gobernar adecuadamente al pueblo y la de administrar la justicia (1Rey. 3,5-12, 16-28); así como la facultad para tomar decisiones adecuadas; tener autoridad para la construcción del templo, de acuerdo con la Biblia.

La falta de amor a Dios, la desobediencia ha traído graves enfermedades al cuerpo, ya lo explicaba Dios a Israel que las consecuencias de la desobediencia estarían relacionadas con la salud física y mental de la persona (ALDUCIN, 2021b). Es una realidad en un mundo contaminado, con el ataque a la naturaleza; pero existen evidencias de cada vez más enfermedades que están directamente relacionadas con la falta de temor a Dios, ello lo explica Alducin (2021b). Desobedecer lleva consecuencias directas desde Dios, “el Señor te hará sufrir con llagas, como a los egipcios, y con tumores, sarna y tiña, y no podrás curarte de estas enfermedades. También te hará padecer locura, ceguera y confusión, y andarás a tientas, como el ciego en la oscuridad. Nada de lo que hagas te saldrá bien; te verás siempre oprimido y explotado, y nadie vendrá en tu ayuda” (Deut. 28: 27-29).

Si, Dios pide cuidar el cuerpo como el Templo del Espíritu Santo y la Biblia ratifica las consecuencias de la desobediencia a Dios en cualquier sentido, ¿Por qué necesitamos la comprobación científica colonial fuera de la Biblia, para creer en tales aseveraciones? Si cree que la Biblia no es científica y en ella no está la Palabra sabia y de mayor valía en la humanidad para caminar la vida, entonces Usted no es cristiano.

Ahora Dios no dice que no tendremos aflicciones o enfermedades, Dios no promete que no lo abra en este cuerpo; lo que se está diciendo es que la desobediencia a Dios produce enfermedades al cuerpo. Aun en el medio del pecado Jesucristo muestra su amor y poder de sanación, la Biblia nos habla de una mujer que llevaba doce años resistiendo hemorragias. Había ido a muchos médicos y se había gastado todo su dinero en tratamientos, pero en vez de regenerar, recaía; en aquel entonces ella era estimada como una mujer impura; esto es rechazada por todos; pero en su inmensa fe al saber que Jesús pasaría por el lugar decidió ser salva, su inmensa fe le hizo tocar su manto en medio de la multitud; y nos narra la Sagrada Palabra de Dios: “«Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana». Al instante cesó su hemorragia, y se dio cuenta de que su cuerpo había quedado libre de esa aflicción” (Mar 5:28-29).

Y la Biblia ratifica el cuidado del cuerpo como urgente, dice:

Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo, pues allí te dará Jehová corazón temeroso y desfallecimiento de ojos y tristeza de alma. Y tendrás tu vida como algo que pende de ti, estarás temeroso de noche y de día y no tendrás seguridad de tu vida. Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuera la tarde! Y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuera la mañana! Por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado y por lo que verán tus ojos (Deut. 28: 65-67).

Sin duda, el temor a Dios no ha sido tema de educar en las instituciones educativas; los que dirigen las falsas políticas educativas no les ha convenido. Pues ellos para dominar deben negar a Dios y que la obediencia recaiga hacia ellos; que sean los que gobiernan y dictaminan como el ser humano se deshumaniza y llega a un transhumanismo aberrante; negador de Dios. A los dominadores de la tierra, los mismos que impusieron como asesinar a Jesucristo y de cómo vivir en pecado “no les conviene Dios concientizado en el ser humano; pues podrían liberarse de la colonialidad global. Asegurarían adoración a Dios y no al sistema, el servicio sería al Rey de reyes y Señor de señores, Jesucristo” (RODRÍGUEZ, 2022c, p.94). Debemos concientizarnos que Dios ha mostrado a lo largo de la historia de la humanidad que es amor infinito, el más puro; el más grande; pero es fuego consumidor también. 

Así mismo, las tecnologías en todo sentido en plena colonialidad global han impuesto lo que has de aprender; por ello: ¿Qué voces estás escuchando? (RODRÍGUEZ, 2021a) es clave en los momentos actuales, atender a lo que el Apóstol Pablo acerca de la actitud de la iglesia de la ciudad de Berea “recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Mar. 4:22) ; nos confronta con dos gigantes: el error y la ilusión; usando palabras de Edgar Morín: “Y sin embargo, el error, la ignorancia, la ceguera progresan por todas partes, al mismo tiempo que nuestros conocimientos” (MORÍN, 1988, p.27).

Es urgente de esa manera la renovación vistiéndonos de la armadura de Jesucristo (RODRÍGUEZ, 2021b)  lo que lleva a renovar la fe que es entrar en comunión con el Espíritu Santo y ceder nuestras pasiones y malos hábitos a lo que “ÉL nos hable y nos ordene. Es clave volver con la inocencia del niño que confía en lo que el padre terrenal le ha prometido; cuanto más nosotros creyendo al creador de todo cuanto existe: Dios amado comienzo y fin, alfa y omega” (RODRÍGUEZ, 2021b, p.8). Conocer a Dios nos lleva sin duda a amarlo, reconocer su magnificencia, grandeza y poder estar a sus pies; para ello tenemos que alejarnos del mundo, abandonar lo mundano que te aleja de Dios, aquietar la muchedumbre que nos abruma y llegar mediante el temor a Dios a la obediencia tan necesario en tiempos de dolor. 

Momento propositivo. El temor a Dios como liberación en re-ligajes en tiempos de libertinaje

 El temor a Dios como liberación en re-ligajes en tiempos de libertinaje nos convoca en primer lugar a un des-ligaje de las falsas opresiones que nos denigran y destruyen nuestra íntima relación con Dios, sin desatar esa atadura no podemos re-ligar a la esencia de nuestro Padre. Pero debemos de estar alerta pues es el Espíritu Santo el expedito, Él es el único que nos ayuda a no volver en esos procesos de metamorfosis a la vida de pecado en inmundicia; sin duda en ese proceso de santificación pasan muchos hechos que nos duelen; arrancarse las plumas las uñas como el águila y entrar limpios a la presencia de Dios día a día no es fácil; pero con Dios es posible. Es así como teniendo la conciencia del necesario temor a Dios es que disfrutamos de su recompensa de la humildad y del temor del Señor; pues “riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová” (Proverbios 22:4). Vida digna-temor a Dios es una diatopía urgente de promover.

El temor a Dios nos hace abandonar la obediencia   las costumbres del mundo; cada vez que su palabra se hace rema en nuestras vidas; para ello la humildad es  esencial, lo que significa darnos cuenta y entrega nuestra voluntad a que nada podemos sin Dios, esa conciencia debemos abonarla con el conocimiento de Dios desde la Sagrada Palabra; abandonándonos del mundo y obedecer a Dios por amor y fe a su nombre, por agradecimiento a su sacrificio; pues “dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos” (Salmo 128:1). Debemos rogar al Espíritu Santo por esa sabiduría en su palabra que nos llene de una vida nueva, en la que Espíritu Santo-ser humano sea una diada de amor y salvaguarda.

Sin duda, el principio de la sabiduría es el temor de Dios y a Dios; siendo coherederos con Jesucristo, Él con todo el poder de Dios en la tierra, más siendo embargo obedeció a su Padre y cumplió con su promesa de salvarnos, entonces, si somos los beneficiados de su gracia, “porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Jun. 6:38) ¿Quiénes somos nosotros para no temer a Dios y obedecerlo? Siendo coherederos con Jesucristo que gozamos de su gracia siendo imitadores de Él, debemos obedecer como ÉL obedeció a su Padre, Dios amado, nuestro Padre.

Nadie dijo que sea fácil obedecer; pero no es imposible con la sabiduría del Espíritu Santo, recordemos como lo fue para Jesucristo: En el Huerto de Getsemaní oró a Su Padre, diciendo: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mat. 26:39). Bendita obediencia, cruel en su cuerpo, dolorosa en todo su ser, pero gracias a que Jesucristo obedeció la voluntad del Padre hizo viable la salvación para todos nosotros. Que este ejemplo sea diario para nosotros en nuestro tránsito de formación como miembros del ejército de Jesucristo en la tierra.

Que gozo sentimos al andar por sus caminos de amor, si puede haber gozo en medio del dolor; y es un gozo del espíritu; al sabernos dependientes de su amor, en un conocer que jamás nos da el mundo, en medio de muchos estudios la paz de Dios siempre será eterna en tanto la obediencia sea permanente; ¿Qué no nos vamos a equivocar o pecar? Claro que sí, pero “¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dichoso el que teme al Señor, el que haya gran deleite en sus mandamientos” (Sal. 112:1). Gozo-ser humano con Dios es garantía de paz.

El temor a Dios nos lleva a entender que el verdadero tesoro perecedero que Satanás no nos puede quitar y que vale la pena es el Reino de Dios es ser salvos; por ello el acumular tesoro en la tierra es contado por simpleza y falta de carácter; “más vale tener poco, con temor del Señor, que muchas riquezas con grandes angustias” (Prov.15:16). Es de determinación de Dios cuanto hemos de tener y lo que necesitamos siempre nos los va a proveer; más sin embargo en todo nos manda se fuerte y valiente, busca la excelencia y dedicando todo a Dios ÉL merece lo mejor de nosotros. Y nos provee de dones a todos para beneficio de la iglesia. “Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros recién alimentados” (Mal. 4:2).

Invitamos a la verdadera conversión de la iglesia de Jesucristo no como club de descanso; sino de alabanza, del temor a Dios que nos constriña en el convencimiento de que debemos disponernos para la santificación; y que si la fe entra por el oír, ese oír debe ser de la palabra de Dios; y allí en ese entramado que nos penetra hasta los huesos clamar al espíritu Santo que se haga rema en la iglesias, en las congregaciones para llenarnos de su amor y fortaleza para resistir en días malos. Veamos la invitación de nuestro amado Padre: “obedece mis palabras, hijo mío; guarda en tu mente mis mandamientos. Obedece mis mandamientos y enseñanzas; cuídalos como a las niñas de tus ojos, y vivirás. Átalos a tus dedos, grábatelos en la mente” (Prov. 7:1-3). Obediencia – temor a Dios es una diada indisoluble; una relación profunda de existencia y caminar en Dios.

Se debe evaluar constantemente en las iglesias, y de manera personal en los cristianos que la obediencia desde el temor a Dios es el deseo de cumplir por encima de todo y primero que todo con la voluntad del Padre Dios amado; de esta forma le manifestamos que es Él Señor todo para nosotros; Dios espera por nosotros es paciente y lleno de amor.  Obedecerle también demuestra nuestra confianza absoluta en él. La paz de Dios que deviene del temor a Dios nos redime. Temor a Dios es prueba de fidelidad; es ejemplo ante los que no son cristianos, y que con nuestra vida santificada podemos convencer de ser ellos cristianos.

La conciencia cristiana profunda nos dice que “el temor del Señor imparte sabiduría; la humildad precede a la honra” (Prov. 15:33); lo que dice que la humildad, que es dependencia de Dios para todo, como niños, es promotora de honra, en la que sabiendo que el hombre no fue creado para ser honrado enseguida le dedicamos la honra, el honor, la gloria y el poder a Dios. Es que nosotros no somos dueños de nada; administradores de lo que Él nos provee. Y a los pies de Dios es una entrega, en la que como ÉL nos solicita: dijo desde Jesucristo ““Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente” (Mateo 22:36). Es el primer mandamiento por siempre; y el segundo semejante pero con todos los demás habitantes de la tierra. Por ello, en esa realidad sabemos que “el que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre” (Jun. 14:21).

El temor a Dios también es mandato que no todos obedecen; pero no confundamos dicho temor; pues Satanás y sus demonios también le temen a Dios, pero ese temor no es de obediencia y  amor; ese temor es porque reconocen el poder de Dios; pero pese a ello desobedecieron y quisieron formar un reinado más poderoso que el reino de Dios, la envidia y la traición hacia nuestro creador. Más sin embargo, aun cuando el ser humano traiciona a Dios desobedeciendo aún su promesa de amor está intacta: “Dios nos bendecirá, y le temerán todos los confines de la tierra” (Sal. 67:7).

Retomemos ahora el rizoma inicial de la indagación en lo que con la presentación en los seis versículos habíamos conceptualizado lo que significa el temor a Dios: temer a Dios esta imbricado con andar en todos sus caminos. Ello significa que andamos por el camino del bien y las bonanzas de Dios. Pues el otro camino es el de la perdición. Dios nos enseña entonces que desde la reverencia a ÉL, temerle en todo momento estamos decidiendo por nuestra vida eterna; una vida fuera de la inmundicia del mundo. Pero también nos enseña a ser, aceptando su linaje de amor: su hijo; en que podemos tomar decisiones; pues al no decidir ya hemos decidido por Satanás. No hay otra elección. ¿Qué decides entonces? Andemos en sabiduría, con una ecosofía de nivel cristiano, y una diatopía profunda en donde Dios-ser humano no se separé.

En esta acepción o significancia vemos que temor a Dios se relaciona directamente con la sabiduría; es sabio entonces quien teme a Dios; y en ese temor busca la sabiduría en el Espíritu Santo y las Sagradas Escrituras. Es una maravilla que temiendo a Dios tengamos su sabiduría y podamos ser formados con el Espíritu Santo en un mundo de maldad, pero ahora para el ejército celestial. Es especial recordar que Dios no nos está formando para vivir en este mundo; sino para el su ejército celestial; lógicamente también para resistir el día malo. En el que los mejores soldados ocuparán los mejores puestos.  Pero que ya en la tierra podamos entonces abandonado a Dios y sus bonanzas disfrutar del escudo de la fe, del yelmo de la salvación y de todas las protecciones que tanto necesitamos. A veces nos refugiamos en amigos, en: familiares, tecnologías, trabajo, vicios; pero en ninguno de esos refugios conseguimos las bonanzas para vivir protegidos de las tinieblas. Y la maravilla; que recibiendo la bendición de Dios somos convocados con sus mieles a ser de bendición donde quiera que estemos.

Ahora también existe un sinónimo celestial sabio y es que temor a Dios es ser amante y promotor de la justicia haciendo lo bueno. Nótese que nos pueden formar en valores, en una educación calidad desde nuestras familias, universidades y demás. Pero que sólo con Dios aprendemos siendo temerosos de ÉL; a promover la justicia y distinguir lo bueno de lo malo. Eso es primordial en estos tiempos de confusión donde lo ético es al parecer que todo vale y con ello la violación a la naturaleza de la vida. Así llamarle a lo malo malo y a lo bueno bueno ya es distinguirse como temerosos de Dios. ¿Quieres tener esa sabiduría de discernimiento para que la colonialidad global no te arrastre al abismo, en este caso al infierno?

Una significancia que maravillosa sinónimo es que el temor a Dios es como purificación. Podemos pensar que no necesitamos limpiarnos de nada día a día, que no estamos contaminados. Y si, contaminados en todo sentido en nuestras composiciones más íntima, pues es imposible no estarlo en un mundo separado de Dios. Pero que el temor a ÉL que es obediencia en pleno nos lleva a que Él nos purifique día a día, nos limpie en todo sentido. Maravillosa potencia de Dios que al santificarnos con su poder nos guarda como en un blindaje del mundo y sus dardos demoniacos.

Y un sinónimo maravilloso avizorado en los epígrafes y que ahora retomamos es que el temor a Dios que es sinónimo de huirle del mal; y el mal es todo lo que salga de las ordenes de Dios de cómo vivir en sabiduría. O sea con Dios cobramos la astucia para distinguir lo que se nos acerque que nos aleja de ÉL. En ello tendremos la sabiduría suficientemente y la fuerza para alejarnos en medio de las tentaciones de lo que nos seguiría contaminando. Pidamos de rodilla día a día por ello en medio de la tempestad que asecha siempre; pero que miles de veces Dios nos socorre, y se complace en hacerlo cuando ve que le obedecemos; tal cual cuando Jesucristo era bautizado y escucho la voz de si Padre: este es mi hijo en quien tengo complacencia, al mismo tiempo que se posaba una paloma; magnifica coexistencia perfecta de la trinidad: Padre-Hijo-Espíritu Santo; omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia.

Para culminar este momento propositivo, inconcluso pero motivador, debemos saber que el temor a Dios que es el cuidado de Dios. ¿Buscabas un protector de todo mal? ¿Alguien que diera la vida por ti? Te tengo la noticia hace más de 2000 mil años alguien dio la vida por nosotros; si Dios mismo hecho hombre que derramo su sangre en la cruz; no sólo por el perdón de nuestros pecados; sino que se abriera el cielo para los obedientes y además que pudiéramos estar en una tierra nueva sin dolor. Jesucristo ahora desde ese entonces es nuestro protector permanente que nos permea con tan sólo temerle a Dios. Ganamos el cuidado diario de Dios con sus Ángeles del cielo y su Espíritu Santo cuando le tememos a Dios y estamos desde luego como consecuencia obedeciendo.

Momento conclusivo: En comienzos de las líneas de indagaciones

En el cumplimiento del objetivo de la indagación hemos sustentado el temor a Dios como liberación en re-ligajes en tiempos de libertinaje. En las líneas de indagación: Padre-Hijo-Espíritu Santo: re-ligajes de amor por su creación; Transmetodologías complejas y los transmétodos decoloniales planetario-complejo y Decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje. Por ello, ¿De qué nos des-ligamos y re-ligamos en el temor a Dios? Vamos a sintetizar en momentos culminantes, volviendo al rizoma inicial y las tesis que hemos venido sosteniendo sinónimos de tener temor a Dios.

Temer a Dios esta imbricado con andar en todos sus caminos, significa un des-ligaje diario de lo que te dictamina el mundo, desde la familia, en todo sentido y un evaluó, re-ligando hacia lo que de allí, lo del mundo, es obediencia a Dios, y que voces de las otras no son de Dios y las dejamos de lado. Es una evaluación permanente; lo que dice que debemos estar velando con su palabra para alertar todos nuestros sentidos y el espíritu hacia Dios.

Temor a Dios se relaciona directamente con la sabiduría, es sabio entonces quien teme a Dios, significa que para adquirir sabiduría lo que debemos atender en nuestra formación en la educación en la familia debe estar en obediencia a Dios; a lo que Él quiere para nosotros; por ello debemos des-ligarnos; esto es vaciarnos de las falsas doctrinas que nos han impuesto en la familia, universidades, en la sociedad. Y re-ligarnos en obediencia a Dios. En ello es perentorio des-ligarnos de los preceptos impuestos de la colonialidad global, que ahora alcanza su cúspides de abuso a la naturaleza de la creación con el transhumanismo.

Temor a Dios es ser amante y promotor de la justicia haciendo lo bueno; para ello debemos des-ligarnos de las falsas concepciones de lo que se supone es bueno obedeciendo las políticas de estado y hasta la desobediencia a Dios impuestas por falsos Pastores; en las que no somos llamados a evaluarnos pues es un oficio de Dios; pero el discernimiento debe ser permanente; así si estamos en la palabra de Dios, en su constante rema en nuestras vidas podemos saber lo que es bueno: todo lo que obedece a Dios, y lo que es malo: lo que lo desobedece. La salvación es individual; así es imperativo responder por nuestras propias acciones; y Dios nos da la fortaleza para cumplir su palabra.

Temor a Dios es como purificación, en efecto temer a Dios es dejar que Él nos limpie de nuestros fantasmas, de nuestras malas acciones, del pensar contante sobre la vuelta al pecado; pero también es santificación y una constante metamorfosis; por ello, des-ligarnos de lo que nos contamina; y sabemos que de acuerdo con la palabra de Dios todo me es licito; más no todo me conviene. Desde luego, re-ligando a lo que nos llena de su Espíritu Santo; que no mora en la inmundicia, y que nos ayuda a recibir nuestros frutos multiplicados; buenos o malos, de los que nadie se libra.

El temor a Dios que es sinónimo de huirle del mal; y el mal es todo lo que salga de las ordenes de Dios de cómo vivir en sabiduría. Que está muy relacionado con lo que ya hemos concluido; y ello lo alertamos conociendo la Biblia, estudiando como para nuestra evaluación más urgente, como la tesis doctoral en el cielo que será reprobada si hay manchas, fingimiento, impureza, mentiras, lascivia; des-ligarnos de ello, y proponer re-ligarnos a la excelencia, en arrepentimiento verdadero de nuestros pecados.

Y para concluir: ¿En plena maldad del mundo le gustaría estar protegido junto a su familia, lo cree necesario, le urge? El temor a Dios que es el cuidado de Dios. Y ello es maravilloso saber que no estamos solos que nuestro Padre con nosotros desde su Espíritu Santo nos protege, calmamos y en segundo tenemos Ángeles del cielo armados para protegernos del azaroso mundo, injusto placer que corrompe, pero que Dios nos redime cuando le amamos con temor y temblor.

En lo que sigue, en la liberación ontoepistemológica de la autora de la indagación en la liberación de su subjetividad y su sentipensar cuando revisamos las obras transmetódicas decoloniales planetaria-complejas podemos comprobar que los autores expresan su sentir sin mayor temor a la cientificidad colonial que les impone que deben permanecer distanciado y objetividades de lo que los mismos autores investigan. Así me despido en primera persona, agradeciendo a mi Dios amado fuente de mi sabiduría con su Espíritu Santo.

Agradecimiento y dedicatoria: En momento de nueva guerra y masacre en Israel y su respuesta ante el dolor, aprovecho para dar a conocer al mundo mi ruego en momentos difíciles de Israel octubre 2023; le clamo a Dios por que calme sus angustias en el nombre de Jesucristo; que los sostenga en tiempos de dolor, y a todo inocente sea protegido. Oh Israel vuélvete a Dios, deja la apostasía y ríndete finalmente a los brazos de Jesucristo que tanto te ama:

El Señor es amigo de quienes lo honran, y les da a conocer su alianza. Siempre dirijo mis ojos al Señor, porque él me libra de todo peligro. Mírame, Señor, y ten compasión de mí, porque estoy solo y afligido. Mi corazón se aflige más y más;  líbrame de mis angustias. Mira mis tristezas y trabajos, y perdona mis pecados. Mira cuántos enemigos tengo  que sienten por mí un odio mortal. ¡Cuídame, sálvame la vida! ¡No dejes que me hunda en la vergüenza, pues en ti busco protección! Que me protejan mi honradez y mi inocencia, pues en ti he puesto mi confianza. ¡Dios mío, salva a Israel de todas sus angustias! (Sal. 25:14-22).

Referencias

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