Como todo empezó...
DOI:
https://doi.org/10.23925/2176-901X.2016v19i2p383-399Palabras clave:
Vejez saludable, Vejez dependiente, Institución de larga permanencia.Resumen
Este estudio retrata las impresiones de dos personas, adultos varones, que han vivido el proceso demencial de uno de sus familiares, y nos hacen confrontar lo que significa una vejez sana y la realidad de una vejez acompañada de dependencia. El objetivo aquí es, pues, discutir, por un lado, lo que significa un envejecimiento sano, o independiente y activo y, por otro, plantear la cuestión sobre la problemática que se vive a partir del momento en que uno de los miembros de una familia es acometida por algún tipo de dependencia y / o enfermedad crónica, demencia, Alzheimer, enfermedades que requieren tratamiento prolongado, alto costo financiero y cuidados específicos y continuados. Nuestra realidad muestra que la mayoría de las familias buscan la institucionalización cuando alguno de sus miembros presenta un cuadro de demencia, sin saber con certeza las alteraciones que ocurren a su anciano, menos aún en cuanto a los cuidados a ser tomados en esa situación. Así como preservar la identidad en el proceso de envejecimiento es parte fundamental de la existencia humana, el envejecimiento, a su vez, orienta cambios en familia que exigen nuevos conocimientos a ser adquiridos y aplicados ante las nuevas situaciones que pasan a ser vivenciadas.